«Somos Iglesia, hacemos Iglesia»
Bajo el lema que da título a esta crónica, se desarrolló el sábado 1 de Mayo una Jornada de Parroquias provenientes de distintos puntos de la diócesis de Granada. Jóvenes y mayores, niños, casados y solteros, religiosas, sacerdotes, hasta un total de 200 personas, participamos en un hermoso día de encuentro en la Parroquia de San Juan Mª Vianney. El motivo no era otro que encontrarnos y compartir la alegría que nace de sentirnos y ser piedras vivas de esta gran familia que es la Iglesia.
El Encuentro comenzó con una reflexión de D. Román Martínez, párroco de San Juan Mª Vianney, bajo el título “Hacer Iglesia desde la fe”. Examinando las notas esenciales de la Iglesia de unidad, santidad, catolicidad y apostolicidad, nos ayudó en la primera parte de su exposición a desenmascarar visiones y actitudes distorsionadas que pueden ensombrecer la vida de la Iglesia y alejar a quienes podrían encontrar en ella toda una fuente de vida. Desarrolló muy bellamente, en esa primera parte, la realidad de la Iglesia como una rica herencia recibida de generaciones anteriores, que ha configurado de un modo especial nuestra sociedad y nuestras vidas desde su rico patrimonio espiritual, cultural, social, etc. Esta Iglesia heredada de los apóstoles, con una ya larga singladura por la historia, se nos presenta hoy llena de luces y con algunas sombras. En un segundo momento de su intervención, nos interpeló a todos los presentes a seguir construyendo esta Iglesia, desde el compromiso personal con el Evangelio y el testimonio de una comunión profundamente enraizada en la caridad y la verdad, atenta a no caer en la tentación del poder, la falsedad o las apariencias. Sólo la escucha responsable y atrevida del Espíritu Santo, sólo una verdadera actitud de fe, puede ponernos en camino de cara a la renovación que como Iglesia siempre necesitamos, para así ofrecer más clara y atrayente esa «imagen viva» del amor de Dios a los hombres, que la Iglesia está llamada a ser.
Tras esta exposición los participantes estuvimos intercambiando en grupos más reducidos las impresiones y experiencias que a la luz de la reflexión anterior llevábamos en nuestro interior y que vivimos a diario en nuestras parroquias, trabajos, familias, etc. Fue un momento intenso y grato para todos, que -como comentaba algún participante-, «nos ha hecho descubrir y vivir la espontánea y rápida familiaridad que Dios suscita entre nosotros cuando nos abrimos a Él y a cada persona».
El almuerzo tuvo lugar en el acogedor y soleado patio de la Parroquia, donde se respiraba un clima festivo y de verdadero intercambio. Sobre las mesas se compartía, junto a la comida que cada uno había traído, también los mejores deseos de hacer de nuestras parroquias lugares de acogida, de encuentro, de verdadera familia. Antes de la Eucaristía con la que concluimos el Encuentro, tuvimos la oportunidad de escuchar en directo al Coro de Cámara “Tomás Luis de Victoria” de Granada, que con sus impresionantes y delicadas voces nos abrieron el espíritu a la belleza de la tradición polifónica medieval.
El ambiente celebrativo de la Eucaristía y la despedida final, manifestaban una alegría sencilla pero profunda, aquella que nace del encuentro con Dios, vivo en cada persona. La seguridad de no sabernos solos, de sabernos enraizados en el amor del Padre y parte de esta gran familia que es nuestra Iglesia, estaba en el corazón de todos. Con esta convicción nos despedimos, seguros de que allí donde cada uno se halla, Dios cuenta con él para hacerse presente a cada persona, pues, en definitiva, de eso se trata, para eso quiso Dios que naciera su Iglesia.