sábado, 2 de junio de 2007

“La vida de los otros” de F. H. von Donnersmark

Hace unos días pude disfrutar de esta excelente película alemana. Os invito a verla, pues aún está en algunos cines. Es una película formalmente austera, pero de gran profundidad, que no te deja indiferente. Fue galardonada como Mejor Película de Habla No Inglesa en los pasados Premios Oscar.


Comienza en 1984, año cargado de simbolismo, ya que sirvió a G. Orwell para titular su libro 1984, en el que presenta una realidad semejante a la que describe el director de esta película: una dictadura totalitaria que controla sin límites la vida íntima de los ciudadanos.
El filme se desarrolla en la antigua Alemania del Este (RDA). Está basada en la historia oscura de la Stasi o Ministerio para la Seguridad del Estado. Este servicio de espionaje fundado en 1950, fue considerado uno de los más poderosos y efectivos de la época, dada su alta efectividad a la hora de eliminar todo lo que pudiera desestabilizar al régimen socialista. Todo tipo de disidentes políticos, intelectuales y artistas eran objeto de su control, formando con sus nombres verdaderas listas negras.
La trama comienza cuando un capitán de la Stasi recibe el encargo, de su corrupto superior, de espiar a un reconocido escritor sumiso al sistema, pero que tantea amistades con disidentes intelectuales del mundo del teatro. En este vigilante se crea un vínculo afectivo hacia el escritor y su novia, una famosa actriz, y hace experimentar al espectador la tormentosa sensación de tener que optar entre la fidelidad a un sistema implacable, o jugarse el tipo por esa nueva realidad que descubre, que le sorprende e ilusiona profundamente.
El ansia de poder corrompe hasta límites extremos a los líderes de la Stasi. No dudan en infundir miedo mediante represión o amenaza y, si es necesario, levantar falsas sospechas sobre sus enemigos. En esta situación asfixiante, los tres protagonistas van creciendo en integridad personal y en confianza en sí mismos. Dejan de someter sus aspiraciones más humanas a los límites impuestos por el estado opresor. Nace en ellos una nueva esperanza cuando comienzan a arriesgarse por amor.
Para terminar, me gustaría concluir con palabras del propio director, que nos ayudan a descubrir la intencionalidad de la cinta: ".... La vida de los otros, desarrolla la capacidad de los humanos de hacer lo correcto, sin que importe lo lejos que se hayan adentrado por los senderos equivocados..."
Manuel F. Fajardo Rodríguez

1 comentario:

Anónimo dijo...

Nosotros vivimos en sociedades supuestamente libres. El nuestro no es un estado opresor al estilo soviético. Y, sin embargo nos hemos sometido voluntariamente a un estilo de vida aburguesado, que convierte el amor en un placer más, y nos hace olvidar que para que sea auténtico, siempre conlleva un riesgo, una posible pérdida. Quien más ama es quien más arriesga, quien está más dispuesto a dar. "Dad y se os dará; una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en el halda de vuestros vestidos" (Lc 6, 38). "No andéis preocupados por vuestra vida, qué comeréis, ni por vuestro cuerpo, con qué os vestiréis: porque la vida vale más que el alimento y el cuerpo más que el vestido" (Lc 12, 22-23)