Si ponéis en un buscador la palabra inglesa freaky (“friqui” en español) podréis encontrar más de 12.700.000 entradas, su homónima española 4.960.000. A estas alturas será raro encontrar alguien que no haya oído nunca esta palabra. Sin duda alguna es uno de los anglicismos que más rápidamente se han incorporado a nuestro lenguaje y es fácil oírlo nombrar con frecuencia entre los jóvenes y no tan jóvenes. Este sustantivo deriva del verbo inglés freak, que significa anormal, raro, imprevisto; de hecho, aplicado a la naturaleza, su significado es persona, animal o cosa que no es físicamente normal, es decir, lo que conocemos como un ‘fenómeno de la naturaleza’, algo que se sale de la normalidad. Por eso, con este término se designan a aquellas personas que por su comportamiento, aspecto o pensamiento resultan raros, extraños, y se aplica también a aquél que se interesa desmesuradamente por un tema particular. Estas dos acepciones las hallamos unidas en los primeros “friquis”, que es como empezó a llamarse a los fanáticos de películas de “culto” como “Freaks”, “Metrópolis”,… que se dedicaban a coleccionar carteles, artículos y organizar encuentros para hablar de esas “extrañas” películas.
Hoy en día, podemos decir que el fenómeno “friqui” va en aumento. Los multitudinarios encuentros de personas disfrazadas de personajes de “La Guerra de las Galaxias” o “El Señor de los Anillos”, la pasión por vivir situaciones imaginarias en los juegos de rol, el auge de la ciencia ficción y lo fantástico en el cine y la literatura, nos hablan de una evasión de la realidad que si bien, en pequeñas dosis, puede ser necesaria y hasta buena, sin embargo, resulta enfermiza cuando se convierte en un “modus vivendi”, en una realidad ficticia en la que se entra por aburrimiento, aislamiento, inconformismo o lo que es más grave todavía por la falta de referentes reales sobre los que construir la propia vida.
Puede ser este fenómeno un modo de declarar la profunda insatisfacción hacia un mundo uniformado y tecnócrata, donde la productividad económica deshumaniza todo lo que toca y el pensamiento único se impone por encima de los individuos y su rica pluralidad. Pero, aún considerando esta premisa, no deja de ser por ello una huida, un modo falso de afrontar la frustración que la realidad produce.
La realidad no es negativa de por sí. Somos nosotros los que la hacemos negativa, somos nosotros los que le ponemos trabas a una vida que se nos ha dado para nuestra dicha. Sólo si la asumimos como tal y tratamos de transformarla desde la libertad y el amor, será posible encontrar nuestro sitio en la vida. Es en ese intercambio recíproco entre cada uno y ella donde encontraremos nuestra propia identidad. Y ya no tendremos necesidad alguna más de evasión, si acaso, para jugar y descansar un rato, y de nuevo volver a la hermosa tarea de construir la vida, la real, por supuesto.
Hoy en día, podemos decir que el fenómeno “friqui” va en aumento. Los multitudinarios encuentros de personas disfrazadas de personajes de “La Guerra de las Galaxias” o “El Señor de los Anillos”, la pasión por vivir situaciones imaginarias en los juegos de rol, el auge de la ciencia ficción y lo fantástico en el cine y la literatura, nos hablan de una evasión de la realidad que si bien, en pequeñas dosis, puede ser necesaria y hasta buena, sin embargo, resulta enfermiza cuando se convierte en un “modus vivendi”, en una realidad ficticia en la que se entra por aburrimiento, aislamiento, inconformismo o lo que es más grave todavía por la falta de referentes reales sobre los que construir la propia vida.
Puede ser este fenómeno un modo de declarar la profunda insatisfacción hacia un mundo uniformado y tecnócrata, donde la productividad económica deshumaniza todo lo que toca y el pensamiento único se impone por encima de los individuos y su rica pluralidad. Pero, aún considerando esta premisa, no deja de ser por ello una huida, un modo falso de afrontar la frustración que la realidad produce.
La realidad no es negativa de por sí. Somos nosotros los que la hacemos negativa, somos nosotros los que le ponemos trabas a una vida que se nos ha dado para nuestra dicha. Sólo si la asumimos como tal y tratamos de transformarla desde la libertad y el amor, será posible encontrar nuestro sitio en la vida. Es en ese intercambio recíproco entre cada uno y ella donde encontraremos nuestra propia identidad. Y ya no tendremos necesidad alguna más de evasión, si acaso, para jugar y descansar un rato, y de nuevo volver a la hermosa tarea de construir la vida, la real, por supuesto.
Francisco J. Campos Martínez
8 comentarios:
Cualquier fanatismo es malo, y es precisamente eso lo que pasa últimamente con el fenómeno friki.
Creo además, que la gran cantidad de frikis, se debe precísamente a esa falta de identidad, falta de personalidad, pues la gran mayoría de éstos necesitan sentirse pertenecientes a un grupo. Tanto así, que les falta tiempo para tachar de friki a cualquiera que, aún no siéndolo, tengo alguna afición relacionada con su "cultura" friki.
Lo digo por propia experiencia. Me gustan los comics y la guerra de las galaxias, pero no creo que yo sea friki, sin embargo, me aplican ese término casi a diario.
Es muy triste que haya tantos y tantos que prefieran vivir en su mundo de fantasía. Algún día, más temprano que tarde, despertarán de su sueño y verán que han desperdiciado una grandisima parte de su vida.
Y es que pienso que evadirse de la realidad es algo demasiado parecido al suicido, al fin y al cabo, es un dejar de vivir.
Saludos
Curioso post, asombrado me he quedado... :)
Un saludo
Doctor, Crítico de Blogs
Creo que cuando alguien intenta artificialmente de separarse de los demás, ya sea deformandose por fuera o con conductas anómalas, llega a la ridiculez. Creo que la originalidad es algo deseable. Pero, creo también, que ésta debe pulirse a partir de la idiosincracia natural de cada uno.
Este blog lleva parado mucho tiempo.
Te agradezco la reflexión que haces sobre la insatisfacción en la vida y la evasión. Me iluminan tus palabras finales: "sólo si asumimos la vida tal como es en realidad, y nos esforzamos por transformarla desde la libertad y el amor, encontraremos nuestro sitio...descansar...y volver a la hermosa tarea de construir la vida, la real". A veces uno espera cosas extraordinarias para encontrar su propio lugar, o la satisfacción y la plenitud en la vida. Me gusta y me convence lo que dices, me anima a vivir sencillamente lo que tengo delante, pero sabiendo que está empapado de sentido, valor y plenitud ya, aquí y ahora. Gracias de nuevo.
Qué grande era Tod Browning... :)
Saludos
Doctor,
Crítico de blogs
A veces parece que es así, que necesitamos buscar otra cosa donde refugiarnos.
No obstante resulta curioso que los friquis de los que hablas (hay otros tipos) sacién su friquismo consumiendo más (carteles, cómics...)
Un saludo.
De parte de un friki declarado aunque usted tiene mucha razón no comprende toda la magnitud de la palabra friki, yo tampoco lo hago, y creo que nadie, porque conlleva pensar demasiado. De todos modos está no es la razón de que haya entrado a este blog, sino que es la siguiente:
Están todos invitados a la celebración de un debate a realizarse en mi blog, no es necesario registrarse, solo hay que dejar un comentario en esta entrada http://heiwashanti.blogspot.com/2009/09/pare-de-sufrir.html con argumentos que prueben que el autor está equivocado. Agradeceria eternamente su participación. Inviten a cuantos quieran.
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